27 de julio de 2017


DOLAR Y DEUDA DEL BCRA

(Y el mito del Tipo de Cambio Flotante)


por Héctor L.Giuliano
9-7-2017

El aumento de la cotización del dólar que se ha producido en los últimos días viene motivando

distintas explicaciones: retracción de liquidación de divisas de exportaciones cerealeras, falta de ingreso de dólares provenientes de la toma de deuda externa del gobierno nacional y de las provincias, no intervención del Banco Central (BCRA) y/o de bancos oficiales en la venta de moneda extranjera, expectativas de mayor inflación, incertidumbre política, etc.

Cada una de estas hipótesis tiene o puede tener una cuota-parte de verdad pero este hecho del incremento del precio del dólar – que todavía no se sabe si queda contenido aquí o es prolegómeno de un reajuste cambiario mayor – permite también otra lectura que notablemente ha estado ausente en estos días y que está ligada a la relación entre Tipo de Cambio y Tasa de Interés.

Como es público, notorio y declarado, el presidente del BCRA Sturzenegger está jugado totalmente a utilizar el aumento de la tasa de interés de referencia – y por ende, el incremento generalizado de las tasas del mercado – como intento de ancla o freno anti-inflacionario.

El hecho que las elevadas tasas fijadas por el BCRA desde la asunción del gobierno Macri no haya dado resultados prácticos hasta la fecha – en un año y medio de gestión - y que, por el contrario, hayan pesado también en el aumento generalizado de los precios a través del incremento de los costos financieros empresarios parece no hacerle mella a los postulados dogmáticos del titular del Banco.


Para poner este problema coyuntural del aumento del dólar en contexto hay que plantear aquí la cuestión de fondo, que es el Mito del Tipo de Cambio Flotante.

La administración Macri y todo el establishment económico-financiero sostienen que hoy la cotización del dólar es producto del libre juego de la Oferta y la Demanda de divisas pero ello no es cierto: 

  1. El supuesto libre juego de Oferta y Demanda no existe cuando la Oferta está fuertemente concentrada en manos de pocos y grandes grupos oligopólicos exportadores de commodities, en los ingresos de divisas provenientes de la toma gubernamental de deuda externa en gran escala y en el movimiento de capitales especulativos o golondrina que ingresan al país para lucrar con el diferencial – récord en el mundo – de tasas de interés locales que son un múltiplo de las internacionales bajo tipo de cambio retrasado y estable.
  2. El BCRA no tiene, en realidad, la necesaria capacidad de acción directa – el eufemismo de su poder de fuego – como para poder influir sobre los movimientos de los capitales especulativos vía compra/venta de divisas porque sus Reservas Internacionales son inferiores a sus pasivos dolarizados o dolarizables de corto plazo (léase Lebac y Pases).1
  3. El BCRA no interviene en forma directa en el Mercado – o lo hace en magnitudes muy limitadas – pero sí actúa de modo determinante en forma indirecta, a través del manejo de las Tasas de Interés: fundamentalmente, aumentando las tasas para atraer capitales especulativos en pesos (locales y extranjeros), con lo que detrae la demanda de dólares y contribuye con ello a mantener el retraso cambiario. 

Por ende, es un mito o directamente una expresión engañosa decir que en la Argentina hay flotación cambiaria cuando el BCRA controla indirecta pero concretamente el valor del dólar a través de la tasa de interés.

Ahora bien, cabe aquí una pregunta: ¿Esta política de retraso cambiario vía altas tasas es una política libre, autónoma y conveniente del BCRA o es una acción continuada y sistemática para favorecer la rentabilidad financiero-bancaria?

Veamos:

  1. El stock de Lebac, en manos del oligopolio de los grandes bancos que operan en la plaza local, suma el equivalente a unos 60.000 MD y tiene un perfil de vencimientos estrechísimo, con el grueso de las colocaciones a 28-30 días de plazo.
  2. Todos los meses – antes era con frecuencia semanal – el BCRA procede a renovar prácticamente la totalidad de estos vencimientos de letras dado que carece de la capacidad de repago para amortizarlos y que, si lo hiciera, estaría inyectando una masa de dinero al mercado que terminaría presionando sobre los precios, acentuando aún más la inflación.
  3. Los bancos se presentan entonces ante el BCRA con la carta extorsiva de pasar por el escritorio a renovar las Lebac o pasar por la Caja a cobrarlas, a lo que las autoridades responden sistemáticamente con todas las refinanciaciones del caso. 
  4. Esta política de novación permanente de Lebac – y ahora también de Pases Pasivos – viene de la administración kirchnerista pero se ha potenciado al extremo bajo la macrista, que duplicó el stock de tales obligaciones y acortó aún más los plazos. 
  5. El costo financiero de esta política de sobre-endeudamiento cuasi-fiscal del BCRA es altísimo y constituye una sangría por pago de intereses equivalente a la del Tesoro Nacional.2 
Bajo estas condiciones de absoluta indefensión jurídica (por lo contractual de los instrumentos) y financiera del BCRA la relación tipo de cambio-tasa de interés adquiere obviamente un valor determinante.

Con una particularidad muy especial: que así como el BCRA sube las tasas para evitar que los capitales especulativo-bancarios se desplacen al dólar es igualmente válida la variante recíproca de que los bancos le exijan al BCRA el aumento de las tasas de interés para ellos no pasarse al dólar.

Aunque casi siempre son los movimientos del dólar mayorista los que presagian el aumento del minorista o de venta al público, cabe anotar que en este caso de varios días continuados de aumento del tipo de cambio se trató básicamente de movimientos derivados de grandes operadores y no de corrida de la gente a las casas de cambio.

En condiciones normales – pero especialmente en momentos de crisis - el dólar tiene un comportamiento inverso a las reglas tradicionalmente aceptadas de la Ley teórica de la Oferta y la Demanda porque frente a un aumento del Precio (la cotización del dólar) la demanda de moneda extranjera no se retrae sino que, por el contrario, aumenta (tanto por expectativas como por posicionamiento más seguro en moneda dura); con lo que el problema de volatilidad de los cambios se agrava.

Esta inestabilidad cambiaria – en medio del serio problema de atraso del tipo de cambio que vive la Argentina – puede perfectamente ser inducida entonces con el objetivo de forzar un aumento de las tasas de interés por parte del BCRA, como una suerte de presión extorsiva para que mantenga y/o eleve algo más dichas tasas; contra amenaza fáctica de ir pasando los fondos que están colocados en Lebac a dólares, con el consecuente aumento de su cotización en el Mercado y el paralelo peligro cierto de mayor inflación por traslado de tal devaluación a los precios.

La encerrona y vulnerabilidad del gobierno Macri frente a este dilema – lo mismo que lo fue durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner – se agrava exponencialmente hoy debido a la magnitud de los vencimientos próximos y las necesidades tanto financieras como políticas de la actual administración.

El día 18 de este mes – Julio – le caen al BCRA vencimientos de Lebac por la mitad de su stock: 495.000 M$ (casi 500.000) sobre el total existente de 984.000 M$.

La imperiosa necesidad por dependencia del gobierno de renovar esta masa extraordinaria de pasivos a corto plazo y el sorpresivo mini-salto devaluatorio del peso producido en los últimos días por aumento del dólar derivaron en un nuevo aumento de la tasa de interés de las Lebac del BCRA: su presidente, Sturzenegger, que la había bajado muy levemente al 25.5 % para 28 días de plazo, la elevó a 26.05 %.

Ahora – y por el momento - sólo cabe esperar como reaccione el Mercado ante este nuevo incremento del costo financiero y cómo evolucionen las tasas de las Lebac de aquí a la macro-renovación del día 18.

Una movida de este tipo - aumento del dólar y paralelo aumento de las tasas de interés - indudablemente favorece de hecho los intereses de los sectores comerciales y financieros más concentrados de la Economía: a) los grandes grupos exportadores, que mejoran así su rendimiento directo (por ejemplo, los sectores agro-exportadores de soja, a quienes se les atribuye haber retenido fuertes liquidaciones a la espera de una devaluación que resultaba así inducida), b) los bancos prestamistas por Lebac al BCRA y c) los capitales especulativos externos, que de esa manera re-equilibran sus ecuaciones de alto rendimiento por operaciones de bicicleta financiera o carry trade (entrada de capitales de corto plazo para lucrar con el diferencial de tasas de interés locales-internacionales bajo tipo de cambio relativamente estable).

En medio de un año electoral con alineamientos partidocráticos tan vacuos como poco consistentes, sin poder mostrar resultados en su política económico-financiera después de un año y medio de gestión y con un cuadro cada vez más acentuado de déficits gemelos – fiscal y externo – la administración Macri se encuentra sometida cada vez más a la dependencia de su política de gobernar con deuda.

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Notas:
1 Según el Balancete del BCRA al 30.6.2017 – Estado resumido de Activos y Pasivos - las Reservas son de 48.000 MD (Millones de Dólares, con redondeo de cifras) mientras que los Encajes bancarios en moneda extranjera suman unos 13.000 MD (12.900), Otros Pasivos son 12.000 MD (fundamentalmente el Swap con el Banco Popular de China) y el stock de Lebac equivale a 59.300 MD (casi 60.000).
El BCRA retiene así, pagando altos intereses, más dinero por sus deudas de cortísimo plazo (la mayoría Lebac a 30 días y Pases a sólo 7) que el total de la Base Monetaria (BM): son 984.000 M$ (Millones de Pesos) de Lebac contra 833.100 M$ de BM.
Ergo, el BCRA tiene menos reservas internacionales que las deudas que contrajo para sostenerlas (Lebac/Pases Pasivos, Swap con China y encajes de los bancos locales).
2 El stock de Lebac - computando las deudas respectivas en M$, el tipo de cambio a fin de cada ejercicio ($/US$) y el importe equivalente en MD - tuvo la siguiente evolución durante los últimos años:

    282.100 M$ x 8.55 $/US$ = 33.000 MD al 31.12.2014
    416.900 M$ x 13.00 $/US$ = 32.100 MD al 31.12.2015
    698.400 M$ x 15.85 $/US$ = 44.100 MD al 31.12.2016
    984.000 M$ x 16.60 $/US$ = 59.300 MD al 30.06.2017

Los intereses anuales pagados por estos pasivos – solamente Lebac - fueron de 153.300 M$ el año 2016 (= 9.700 MD) y habían sido de 77.200 M$ en el 2015, último año de la administración Kirchner (= 5.900, casi 6.000 MD).
Puede estimarse tentativamente que, con un stock promedio de 800.000 M$ (= 48.000 MD) y a una tasa – también promedio – del 25 % anual, el BCRA terminaría pagando en el corriente año unos 200.000 M$ (= 12.000 MD) de intereses.
Algunas versiones – descontando que no bajaría sustancialmente el stock de Lebac en lo que resta del año – elevan estas proyecciones a 220-240.000 M$.
Esta enorme y creciente masa de intereses a pagar por parte del BCRA es paralela y se suma a los intereses totales del Tesoro Nacional, que según el Presupuesto 2017 son unos 250.000 M$ (248.000 M$, equivalentes a unos 14.000 MD).
O sea, que sumando BCRA y Tesorería se pagarían aproximadamente entre 450 y 480.00 M$ (= 27/29.000 MD) este año.
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Fuente: Foro de la Deuda - La Plata


16 de julio de 2017

¿Quiénes controlan Wall Street?


Toro de Wall Street

Black Rock/Vanguard/State Street: 
los gigabancos que controlan la mitad de Wall Street

Alfredo Jalife-Rahme

Nunca acaba de asombrar el grado de "reconcentración" de la riqueza propiciada por la desregulada globalización financierista que propende por su naturaleza intrínseca al darwinismo oligopólico y/o "casi monopólico".

Hace casi seis años ya había abordado que New Scientist había revelado con enfoque científico “la identidad de la plutocracia bancaria global (1 por ciento) que controla al mundo (99 por ciento: https://goo.gl/2Rbajf)”.

Luego, hace dos años, en una perturbadora investigación, Russia Today expuso a los “cuatro oligopolios financieristas –los cuatro megabancos– que controlan el mundo”: Black Rock, State Street Corp, FMR (Fidelity), Vanguard Group (http://goo.gl/UjlfE3).

En ese momento comenté que “ya desde 2012 el anterior legislador texano Ron Paul –padre del candidato presidencial Rand, uno de los creadores del apóstata Partido del Te, venido a menos, pero uno de los mejores fiscalistas de EU– había señalado que “los Rothschild poseen acciones de las principales 500 trasnacionales de la revista Fortune (http://goo.gl/D71NjX)” que son controladas por “los cuatro grandes ( the big four)”: Black Rock, State Street, FMR (Fidelity) y Vanguard Group”.

En realidad, los banqueros esclavistas Rothschild forman parte de las ocho familias que controlan los cuatro megabancos que dominan Wall Street.

Black Rock, que dirige el israelí-estadunidense "Larry" Fink, ha estado muy activo en México, donde operó la privatización de Pemex que, vista en retrospectiva, resultó en un cataclismo para los ciudadanos mexicanos (https://goo.gl/1SIDk8).

Hace casi cuatro años demostré que Black Rock –transmutación de Blackstone y Evercore Partnershi

Blackstone fue la extraña entidad que cobró el fantasmagórico "doble (¡supersic!) seguro" de las torres gemelas del 11/9 ("Bajo la Lupa", 26/9/04), mientras el itamita Pedro Aspe Armella es empleado de Roger Altman: mandamás omnipotente de Protego/Evercore Partnership.

Black Rock controla muchos multimedia entre ellos The Economist y el Financial Times, no se diga en México.

En un artículo para The Conversation (https://goo.gl/wZ5Kzq) retomado por Asia Times (https://goo.gl/ftFS5Z), tres académicos de la Universidad de Ámsterdam –el investigador de posdoctorado en ciencias políticas Jan Fichtner; la profesora de ciencias políticas Eelke Heemskerk, y el candidato a doctorado Javier Garcia-Bernardo– analizan las “tres empresas que se han adueñado de las trasnacionales de EU: Black Rock (https://goo.gl/NdQf4k), Vanguard (https://goo.gl/G5W83m) –¡vinculada a la organización Trump!– y State Street (https://goo.gl/VXzB7J)”.

En los dos recientes años, Fidelity (https://goo.gl/7rivGs), vinculado a Hillary Clinton y consagrado a los añejos fondos mutualistas, se quedó en el camino y ahora son sólo tres gigabancos los que se adueñaron de Wall Street.

A juicio de los autores, antes los individuos y las grandes instituciones invertían "mayormente en fondos mutualistas activamente manejados como Fidelity, en los que los directores de fondos seleccionaban acciones con el objetivo de prevalecer en el mercado".

A partir de la grave crisis financiera de 2008, "los inversionistas han virado a los fondos de índices que replican los índices de las acciones establecidas como S&P 500", lo cual ha tenido impacto dramático en las empresas de EU.

La magnitud es asombrosa: de 2007 a 2016 los fondos manejados activamente tuvieron salidas por 1.2 billones de dólares frente a los fondos de índices que tuvieron entradas por más de 1.4billones de dólares.

Solamente en el primer trimestre de 2007 los fondos de índices ingresaron más de 200 mil millones de dólares: ¡todo un récord!

A juicio de la triada académica de Ámsterdam, "una diferencia crucial entre las industrias de un fondo activo y un fondo de índice es que el primero está fragmentado y consiste de centenas de diferentes ejecutivos de activos tanto pequeños como grandes", mientras el sector del fondo de índices, que crece a una velocidad desmedida, está altamente concentrado y es dominado por justamente tres gigantes directivos de activos en EU: Black Rock/Vanguard/State Street: “los tres grandes ( the big three)”.

Dicha concentración del fondo de índices no tiene nada que ver con la "democratización del mercado" al que aluden sus panegiristas debido a que los fondos de índices han "disminuido los gastos del inversionista en forma significativa": la décima parte de 1 a 2 por ciento de lo que se paga en comisiones cada año para los anacrónicos fondos activos, en lo que es ya la "mayor oscilación de inversiones en la historia".

Lo real es que los fondos índice "han provocado una concentración masiva de la propiedad de las trasnacionales" cuando los “tres grandes poseen 11 billones de dólares en activos bajo su manejo ( assets under managements)” que representa todos los "fondos soberanos de riqueza" combinados y “casi tres veces la industria global de Hedge Funds”.

Un proyecto de investigación de Corpnet (https://goo.gl/feXYOT) – Descubriendo las redes del control de las trasnacionales– exhibe la red propietaria en EU de los tres grandes: ya 40 por ciento de todas las empresas listadas en EU los tres grandes en su conjunto constituyen el mayor accionista y aun 88 por ciento (¡supersic!) de las firmas de S&P500. Tal "reconcentración de la propiedad es sin precedente".

Más aún: "en contraste a los fondos activos, los tres grandes detentan posiciones permanentes de propiedad y sin liquidez, lo cual le brinda mayores incentivos para influir en forma activa a las empresas".

A juicio de los tres académicos, BlackRock/Vanguard/State Street ejercen un "poder oculto" y su expansión provoca “nuevas formas de riesgo financiero que incluye efectos anticompetitivos e inversiones en manada ( investor herding)”.

El zoom de los tres grandes empequeñece a los clásicos megabancos que deja muy atrás: J.P. Morgan Chase, Goldman Sachs, Morgan Stanley, Capital Group, T. Rowe Price Group, Fidelity, Wells Fargo, Franklin Resources, Legg Mason, Wellington Management, Dimensional Fund ADV, Renaissance Technologies, etcétera.

Hace unos años mil 600 empresas de EU tuvieron ingresos combinados por 9.1 billones de dólares, una capitalización de mercado por más de 17 billones de dólares y emplearon a más de 23.5 millones de personas.

En el índice S&P 500 de referencia ( benchmark) de las mayores trasnacionales de EU los "tres grandes son los principales accionistas en casi 90 por ciento" que incluyen Apple, Microsoft, Exxon Mobil, General Electric y Coca Cola.

Los tres grandes ostentan 90 por ciento de todos los votos de la dirección y ejercen un género de "poder estructural emergente sobre la mayoría de las empresas de EU" desde la aviación (American Airlines, Delta y United Continental) hasta la banca: JP Morgan Chase, Wells Fargo, Bank of America y Citigroup. ¡Son los gigabancos de los megabancos!

Hoy los tres gigabancos ostentan una posición casi monopólica por lo que los autores de la Universidad de Ámsterdam exhortan a un mayor escrutinio regulador del consejo de administración permanente que gobierna de facto a las empresas de EU.



Fuente: Bajo la lupa. Jornada, México